Últimamente se ha hablado mucho en los medios de comunicación sobre los resultados de los estudios sobre el consumo de grasas. Resulta que las grasas no son necesariamente el enemigo; en uno de esos estudios se encontró una correlación entre los niños que tomaban sólo leche baja en grasa y la obesidad. Después de décadas de evitar la grasa, sería difícil hacer ajustes para incluirla en nuestras dietas, excepto por el hecho de que la grasa es deliciosa! Comer más grasas no va a ser difícil, la parte desafiante será asegurarnos estar bien informados sobre lo que realmente han demostrado los estudios antes de realizar cambios drásticos en nuestras dietas.
Es un hecho: las grasas trans son tóxicas y están relacionadas con algunas enfermedades crónicas. Por otro lado, comer alimentos con alto contenido de colesterol no tiene ningún impacto en los niveles corporales de colesterol (no es que se haya establecido un vínculo claro entre el colesterol alto y el riesgo cardiaco) y la obesidad se ha relacionado más con una adicción a los carbohidratos y azúcares que con el consumo de grasas. De hecho, el cuerpo humano puede sobrevivir con pocos carbohidratos proporcionados por el hígado según sea necesario, pero no puede sobrevivir sin grasa. Las grasas son el combustible preferido no sólo para nuestro cuerpo sino también especialmente para la función cerebral. Según el doctor Perlmutter en su libro Grain Brain un estudio realizado en ancianos comparó la función de la memoria con los niveles de colesterol y encontró que las personas tenían una función de memoria mucho mejor si tenían niveles más altos de colesterol. El doctor George Man, investigador del Estudio del Corazon Framingham, concluyó: se ha demostrado repetidamente que la hipótesis del corazón dietético que sugiere de una ingesta alta de grasa o colesterol cause enfermedades cardiacas es incorrecta y, sin embargo, por complicadas razones de orgullo, ganancias, y prejuicios la hipótesis sigue siendo explotada por científicos, empresas de recaudación de fondos, empresas de alimentos incluso agencias gubernamentales. El público está siendo engañado por la mayor estafa de salud del siglo. Para comprender cómo es posible que esto sea cierto, es necesario comprender cómo funciona realmente el LDL “colesterol malo”. El LDL es un portador que lleva el colesterol a las neuronas, si usted tiene colesterol bajo, sus neuronas se quedarán sin energía. El problema comienza cuando la molécula del LDL se daña, lo que hace que sea menos probable que haga su trabajo; esto puede suceder por oxidación y cuando el azúcar se une a este factor se acelera esta oxidación. El LDL oxidado es lo que realmente está en la raíz de la arteriosclerosis. Así que el objetivo no es dejar de consumir colesterol, sino evitar que se oxide. Para agravar el problema, cuando se extraía grasa de los alimentos, la pérdida de sabor se compensaba con la adición de azúcar. Esto lo observamos en los ingredientes de la mayoría de los artículos comprados en el supermercado, te sorprenderá ver cuantos incluyen azúcar agregada! Entonces, la conclusión del asunto es, sí consumé más grasas saludables pero limita los carbohidratos. Sigue utilizando crema batida espesa en tu café, pero no agregues azúcar procesada! Fríe el huevo en mantequilla, pero no lo comas con pan!Últimamente se ha hablado mucho en los medios de comunicación sobre los resultados de los estudios sobre el consumo de grasas. Resulta que las grasas no son necesariamente el enemigo; en uno de esos estudios se encontró una correlación entre los niños que tomaban sólo leche baja en grasa y la obesidad. Después de décadas de evitar la grasa, sería difícil hacer ajustes para incluirla en nuestras dietas, excepto por el hecho de que ¡la grasa es deliciosa! Comer más grasas no va a ser difícil, la parte desafiante será asegurarnos estar bien informados sobre lo que realmente han demostrado los estudios antes de realizar cambios drásticos en nuestras dietas.
Es un hecho: las grasas trans son tóxicas y están relacionadas con algunas enfermedades crónicas. Por otro lado, comer alimentos con alto contenido de colesterol no tiene ningún impacto en los niveles corporales de colesterol y la obesidad se ha relacionado más con una adicción a los carbohidratos y azúcares que con el consumo de grasas. De hecho, el cuerpo humano puede sobrevivir con pocos carbohidratos proporcionados por el hígado según sea necesario, pero no puede sobrevivir sin grasa. Las grasas son el combustible preferido no sólo para nuestro cuerpo sino especialmente para la función cerebral. Según el doctor Perlmutter en su libro Grain Brain un estudio realizado en ancianos comparó la función de la memoria con los niveles de colesterol y encontró que las personas tenían una función de memoria mucho mejor si tenían niveles más altos de colesterol. El doctor George Man, investigador del Estudio del Corazon Framingham, concluyó: “se ha demostrado repetidamente que la hipótesis del corazón dietético que sugiere de una ingesta alta de grasa o colesterol causa enfermedades cardiacas es incorrecta y, sin embargo, por complicadas razones de orgullo, ganancias, y prejuicios la hipótesis sigue siendo explotada por científicos, empresas de recaudación de fondos, empresas de alimentos, incluso agencias gubernamentales. El público está siendo engañado por la mayor estafa de salud del siglo.” Para comprender cómo es posible que esto sea cierto, es necesario comprender cómo funciona realmente el LDL “colesterol malo”. El LDL es un portador que lleva el colesterol a las neuronas, si tu tiene colesterol bajo, tus neuronas se quedarán sin energía. El problema comienza cuando la molécula del LDL se daña, lo que hace que sea menos probable que haga su trabajo; esto puede suceder por oxidación. El azúcar acelera esta oxidación. El LDL oxidado es lo que realmente está en la raíz de la arteriosclerosis. Así que el objetivo no es dejar de consumir colesterol, sino evitar que se oxide. Para agravar el problema, cuando se extraía grasa de los alimentos, la pérdida de sabor se compensó con la adición de azúcar. Esto lo observamos en los ingredientes de la mayoría de los artículos comprados en el supermercado, ¡te sorprenderá ver cuantos incluyen azúcar agregada! Entonces, la conclusión del asunto es, sí consumé más grasas saludables, pero limita los carbohidratos. Sigue utilizando crema batida espesa en tu café, pero no le agregues azúcar. Fríe el huevo en mantequilla, pero ¡no lo comas con pan!